Heurística de la información en salud, en el siglo XXI: una difícil transición a la post modernidad.

En la edad media el gran médico y filósofo Avicena (Hoy Uzbekistán; 980 - 1037 d.C) se destacó por observar, analizar y describir un sinnumero de procesos fisiológicos y nosológicos, transformandose en el médico más famoso de la época. Todo esto a partir de la observación acuciosa de las manifestaciones externas de mecanismos internos, tal como lo haría el gran Aristoteles unos 1400 años antes.  Aunque, no negó la existencia de un Dios y ciertas verdades reveladas, sí basó practicamente toda su obra a partir de sus propias observaciones, lo que hoy en día podríamos denominar como "método empírico". Probablemente, gracias a la influencia de los escritos de Aristoteles.

Lo interesante es que hoy, 1019 años después, seguimos razonando en base a un método predominantemente empirico para resolver las distintas problemáticas que atañen a las ciencias de la salud. Me refiero a la práctica clínica basada en evidencia (PCBE).

     La PCBE es comprendida como un proceso heurístico caracterizado por el empleo del mejor nivel de evidencia disponible y la consideración de los valores del paciente para el proceso de toma de decisiones en salud, lo cual demanda el dominio de diversos temas de formación científica como: metodología de la investigación, bioestadística, epidemiología clínica, búsqueda sistemática de artículos científicos, entre otros. Desde su aparición en el escenario científico a principios de los 90 este paradigma ha permeado todos los campos de actuación en salud, debido a que propone una metodología reproducible para dar respuesta a las problemáticas en los distintos escenarios clínicos. 

    Pese a que este paradigma ha sido universalmente adoptado para la resolución de diversas problemáticas en salud, aún existe un profundo y generalizado desconocimiento de conceptos claves para la realización de una adecuada PCBE entre los profesionales. La decidía y subvaloración académica de estos temas podrían ser parte de las razones causales que subyacen a este verdadero analfabetismo metodológico, sin reparar en que la experiencia individual (siempre especulativa) o la evidencia científica de dudosa procedencia son considerados hoy en día verdaderos factores de riesgo para la calidad de la atención en salud. 

    Actualmente, como nunca antes en la historia de la humanidad, existe acceso inmediato a una cantidad abrumadora de información. Diversos estudios nos han mostrado que hoy se publica en una hora la misma cantidad de artículos científicos que durante todo el siglo XIX. Por otro lado, con el reciente surgimiento de las publicaciones científicas de acceso libre (Open Access); en los últimos años, se ha incrementado progresivamente la oferta de artículos provenientes de revistas científicas denominadas “depredadoras” (Predatory Journals), las cuales, tienen la ventaja de ser gratuitas para el lector, pero presentan un débil (o inexistente) proceso de revisión por pares, lo que no permite garantizar la veracidad de la información publicada. Por consiguiente, el dominio acabado de las tecnologías para acceder a la información científica y las metodologías para discriminar artículos relevantes de alta calidad metodológica constituye, hoy en día, un recurso cognitivo cada vez más perentorio para hacer frente a este verdadero universo de la información científica en que nos encontramos.
    
¿Qué papel juega la Academia? 

     Es justamente desde el nicho universitario donde deben desarrollarse los procesos educativos con miras a resolver este silencioso problema de salud pública, mediante la incorporación de asignaturas orientadas a la formación de una base teórica sólida en metodología científica que le permita al futuro profesional dirigir su práctica a través del paradigma de la PCBE. No obstante, personalmente considero que, tal como el universo que se encuentra en constante y creciente expansión, nos alejamos a una velocidad creciente de ese ideal académico, debido a la tendencia progresiva de los últimos años hacia la hiper profesionalización de los planes y programas de pre y post grado de las distintas disciplinas de salud de nuestro país, descartando de las mallas curriculares procesos de evaluación como la tesis de grado o asignaturas de metodología de la investigación, bioestadística y/o epidemiología clínica. 

    En mi opinión, la naturaleza de los tiempos actuales nos obliga a reflexionar respecto a la necesidad de reposicionar a la PCBE en el centro del currículo educativo de las carreras, donde la metodología de búsqueda sistemática y análisis crítico de la evidencia científica sean considerados verdaderos métodos de enseñanza y, a su vez, métodos de aprendizaje heurístico que permitan catalizar el proceso de co-contrucción intelectual entre el docente y el estudiante en las distintas disciplinas de las ciencias de la salud.

    En virtud de la realidad, sospecho que la solución a esta problemática es muy dificil debido a ciertas condiciones (ninguna mejor que la otra):

1.- Hiper profesionalización y "descientificación" de la formación profesional en salud.
2.- Escasa alfabetización científica en profesionales de la salud dedicados a la docencia.
3.- Introducción de un nuevo (y fascinante) paradigma científico..."post materialismo".
4.- Resurgimiento de la fenomenología y la teoría fundada como enfoques paradigmáticos para responder a interrogantes en salud.
5.- Transición de la causalidad lineal al desarrollo de un sistema complejo como cuadro explicativo de la realidad.

Entre otros....


Quedan abiertos los micrófonos..

Un abrazo a todos, 

Iván Rodríguez Núñez

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